En la celebración de nuestro 85° Aniversario, no solo miramos al pasado con gratitud, sino también al futuro con visión y compromiso. Recordamos los inicios de nuestra iglesia, cuando un grupo de hermanos provenientes del sur de Chile se unió para fundar esta comunidad que hoy es nuestro hogar espiritual. Durante los dos cultos, al leer la reseña histórica, reconocimos el legado de fe y amor de esos pioneros, así como el desafío de seguir construyendo sobre esa base sólida.

Nuestra iglesia se perfila como una comunidad con un carácter metropolitano, comprometida a entender los tiempos en que vivimos en Santiago. Nos proponemos leer las necesidades, desafíos y oportunidades de nuestra ciudad para llevar el mensaje del evangelio de manera relevante y transformadora. Con una mirada que integra el pensamiento teológico y la reflexión profunda de la fe, queremos ser una iglesia que contribuya activamente en Santiago, impactando vidas y generando un espacio para el diálogo y la construcción de esperanza.

Para cerrar la celebración, disfrutamos juntos una deliciosa torta en el estacionamiento de nuestro templo, compartiendo en comunión y alegría. ¡Sigamos adelante, con una misión clara y una fe viva, por muchos años más!

Escrito por hermano Germán Arriagada.-