La primera semana de agosto la Iglesia de La Pintana recibió a un grupo de hermanos misioneros, provenientes de la Alianza Cristiana y Misionera Cono Norte Callao, Lima – Perú. Dentro de las actividades que se programaron para su estadía, incluyeron visitas al Hogar de Niñas “La Granja”, a quienes les prepararon una celebración por el Día de La Niñez, el que se festejó precisamente ese fin de semana, festividad que también compartieron junto a los pequeños de la Escuela Dominical.
La tarde del día 04 de agosto, se realizó en la Iglesia un Taller de Evangelismo, el que estuvo a cargo de este equipo, quienes entregaron algunas herramientas prácticas para poder llevar la Palabra de Dios a otros de manera didáctica. Así también, pudieron distribuir su tiempo para organizar diferentes reuniones con la hermandad de La Pintana, por ejemplo, el mismo día que llegaron al país, conocieron a las hermanas de la Unión Femenina, con quienes disfrutaron de una once especial; mientras que el día lunes, se reunieron con los hermanos del Ministerio de Varones.
Por su parte, la juventud de la iglesia destinó la reunión del sábado para vivir un lindo tiempo de estudio de la Palabra junto a estos hermanos y hermanas que se encontraban en nuestro país desarrollando su práctica ministerial. Disfrutaron de una entretenida tarde de juegos y alabanza, en la que además se conocieron un poco más en detalle, siendo bendecidos a través de lo que ellos les contaban y entendiendo cómo el Señor les guio en este llamado misionero. Compartir la comida también fue parte importante de aquella jornada que, sin duda, bendijo grandemente los corazones de todos ellos.
Anais Acevedo Romero, integrante de la Juventud local, tuvo la oportunidad de acompañar y participar de las distintas actividades junto al equipo, su compromiso se reflejó en la colaboración que desempeñó durante los desayunos, almuerzos y meriendas preparadas para los jóvenes visitantes. Por lo mismo, indicó que pudo “establecer conexiones significativas con ellos durante esos momentos en donde nunca faltaron las risas; aprovechamos de hablar de Chile y pude enseñarles algunas expresiones propias de nuestro país, pero también aprendí de su cultura”, dijo para luego agregar que “la participación de los jóvenes fue excepcional, en todas las instancias hubo momentos gratos, lo que contribuyó de manera significativa a mi crecimiento espiritual y al de mi familia”.
Durante el culto familiar, y junto a toda la congregación, se llevó a cabo un hermoso servicio, en el que los hermanos procedentes de la ciudad de Lima, estuvieron totalmente involucrados, desde la música, hasta la predicación; oportunidad que estuvo a cargo del pastor Josías, quien con su esposa, acompañaron a este equipo en la realización de este trabajo misionero. Fue un tiempo diferente, en donde también pudieron conocer nuevas realidades y aprovechar eso para el crecimiento espiritual, buscar más de Dios con hermanos que han comprometido su juventud y su vida para entregar el mensaje de salvación hasta lo último de la tierra.