Desde el 21 al 24 de agosto en la tercera iglesia ACyM de Valdivia, se realizó un taller en donde mujeres se reunieron para “aprender y compartir con otras mujeres cómo ser instrumento útil en las manos de Cristo, presentándole la verdadera imagen bíblica de la mujer, con el fin de restaurar su identidad como hija, madre, esposa y así ayudarla a tener una familia saludable que impacte la sociedad”, según detalló el pastor Alejandro Almonacid, quien señaló también que esta iglesia hace dos años abrió un nuevo ministerio, denominado “Ministerio de la Familia”.
Este tiene por objetivo abordar las distintas temáticas relacionadas con este grupo,dentro de la cual se enmarca esta actividad. En este mismo sentido, comentó también el pastor Alejandro, “existen espacios para trabajar con personas casadas (ya que no es requisito asistir en pareja), hombres y mujeres por separado” y de esta forma “se gestó la idea de hacer una actividad para las mujeres en su rol de madres o de futuras madres”, en donde se tocaron temas como, “La restitución bíblica del concepto de la mujer”, “La misión de la esposa”, “La influencia de la madre” y “La madre que ora”.
Actividades que se llevaron a cabo durante estas jornadas
“El evento se desarrolló en formato taller, lo cual permitió formar grupos pequeños en los cuales la interacción fue una de las experiencias más enriquecedoras, ya que el descubrir que había otras personas teniendo las mismas luchas, o que hayan vivido experiencias similares, hace que estas jornadas brinden la experiencia de conectarse unas con otras”, comentó sobre este punto el pastor señalando, además, que “estas incluían hacer algo concreto que tuviera relación con lo tratado, generando que, de alguna forma, el resto de la familia, aun cuando no fuera participante presencial, si pudiera vivir el lado práctico de cada taller. Lo cual fue una experiencia desafiante y restauradora para cada participante”.
Ante la consulta de cómo se involucraron los asistentes en el evento, el pastor indicó que, “este partió desde antes de iniciar las jornadas, ya que varias de ellas aprovecharon de invitar a familiares, amistades y compañeras de trabajo, ya que el evento tuvo un fin evangelístico. Y dentro de las mismas jornadas, fue maravilloso ver como cada una de ellas se sentía desafiada a cumplir los retos que se planteaban y posteriormente compartir sus experiencias”, y enfatizó en que para algunas este evento generó un impacto inmediato, señalando que “descubrir su valor como mujeres y principalmente como hijas de Dios es sin duda la experiencia más sanadora que alguien puede tener”.
Lo anterior se hace especialmente importante, sobre todo “cuando se tiene una historia de abandono, menoscabo y maltrato. Para algunas, fue el inicio de comenzar al vivir el proceso de transformación. Mientras tanto otras, entraban a una iglesia por primera vez, “y por eso cada detalle que involucra este evento, marcó profundamente sus vidas. Asi lo testimoniaron al finalizar la actividad. Escuela para madres, es una tremenda herramienta de evangelización, que sabe adecuarse a la realidad de la mujer actual, brindando un espacio de acogida, amor y restauración”, aseguró.
Para finalizar, mencionó que, “esta jornada llevó una gran preparación, ya que a cargo de los temas y liderando cada grupo, estaban hermanas que viajaron desde México para compartir en nuestra iglesia la Escuela para Madres, por lo mismo, se requirió de varias ayudas logísticas. Simplemente agradecemos a Dios por las personas que abrieron sus hogares para recibir a nuestras hermanas mexicanas, y también aportando con todo lo que se requirió para realizar este evento donde solo participantes, pudimos tener a 40 mujeres, sin contar el resto de las personas que ayudaron de diferentes formas. Este equipo fue liderado por mi esposa Lorena Velásquez junto a un equipo formado especialmente para la actividad”.